Cobarde
yacía en la cama como una víctima
¿de las circunstancias?- pensó ella.
No,en verdad,
de sus propias decisiones.
Ahora amaba la idea de morir
tanto o más como amó la idea de amar
a un ser que destrozó su corazón.
No, en verdad,
ella lo quiso así.
Él hirió su orgullo
más que su corazón.
Llena de soberbia,
se convenció que no esperaba nada de la vida
y decidió matarse.
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