resbalaba en más de un recuerdo,
coincidió con su aroma a cigarro
su voz tosca pero seductora
su caricia suave pero impaciente,
sus ojos negros pero sinceros.
Llevó la bebida a su boca,
mientras se deleitaba
con el descubrimiento de un artista,
apenas conocido.
El culminó la sesión,
pidió un vino
y se acercó a ella diciendo:
"esto es por todos los años que te hice esperar",
después de un estrecho beso,
rodó una lágrima y con ella,
se encendió su risa.
Cuatro años, esperando...
levantar la mirada
y encontrarlo
en una carta,
en una foto,
en un paradero,
en una llamada,
en un carro,
hasta que un día,
la pesadumbre
envolvió la intensidad de sus sonrisas,
la nostalgia,
envolvió la frescura de sus recuerdos,
y navegó por la desidia
hasta que...
él apareció disfrazado.
Ahora él tocaba para ella en un salón,
Reía por primera vez en cuatro años,
sólo para darse cuenta que,
los horizontes eran distintos,
los atardeceres eran cálidos,
los ruidos eran hoy ajenos,
las risas eran hoy vacías,
las flores eran supervivientes,
las canciones:
la ventana al pasado real maravilloso
de un sueño perdido pero renovado.
El bus arrancó
sólo habían pasado cuatro meses, felizmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario